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Propuesta de programa de ejercicios de estabilización lumbopélvica:

El dolor de espalda es la principal afección que produce la mayor cantidad de años con discapacidad en el mundo. Dada su distribución universal, se posiciona en el sexto lugar de patologías que causan mayor carga de enfermedad afectando a personas de cualquier edad y de ambos sexos. 


Estadísticamente hablando, el 80 % de la población presentará dolor de espalda en algún momento de su vida. Puede comportarse como un proceso agudo que se resuelve en el plazo de unas semanas o verse cronificado y requerir asistencia médica continuada. Dichos cuadros crónicos son más frecuentes entre los 45 y 65 años de vida. 


A pesar de representar una condición frecuente de salud, requiere un manejo interdisciplinario y complejo. La rehabilitación es el pilar fundamental en el tratamiento del dolor de espalda, cuyo principal objetivo es disminuir el dolor, priorizar la reincorporación a las actividades y al trabajo, prevenir el desacondicionamiento físico, prevenir la discapacidad, prevenir la tendencia a la cronicidad y evitar conductas incorrectas e innecesarias; todo esto, a través de: educación terapéutica, aplicación de medios físicos (termoterapia, crioterapia, hidroterapia, cinesiterapia, laserterapia, electroterapia, entre otros), técnicas de terapia manual y masoterapia, reeducación postural, gimnasia progresiva, ergoterapia y múltiples enfoques de ejercicio terapéutico. 


La prescripción, acompañamiento y correcta enseñanza de ejercicio terapéutico es fundamental en el tratamiento del dolor de espalda por sus beneficios directos en la  disminución del dolor, fortalecimiento muscular, reducción de la tensión mecánica de las estructuras vertebrales, mejora de la condición física, prevención de lesiones, mejora de la postura y movilidad de los pacientes. 


Ejercicios de estabilización espinal:


Últimas investigaciones sugieren que los ejercicios de estabilización espinal abordan la activación y fortalecimiento de los músculos superficiales y profundos del tronco y abdomen, mejoran la flexibilidad del centro del cuerpo (core) y la musculatura antigravitatoria  parecen ser efectivos para el tratamiento de la lumbalgia crónica.


Propuesta de programa de ejercicios:


Tres series de 10 repeticiones cada uno. Tiempo de reposo entre series de medio minuto:


Ejercicio 1. Sobre el piso boca arriba, con piernas estiradas, se flexiona alternadamente una rodilla hacia el pecho sosteniéndola por cinco segundos de cada lado.


Ejercicio 2. Sobre el piso boca arriba, con piernas estiradas, se flexionan ambas rodillas llevándolas al pecho ayudándose con las manos. Sostener durante cinco segundos.


Ejercicio 3. Sobre el piso boca arriba, con los brazos sobre el piso, levantar la pelvis durante tres segundos y volver a la posición inicial.


Ejercicio 4. Sobre el piso boca arriba, se hace una inhalación por la nariz, seguida de una exhalación mientras se intenta pegar la zona lumbar al suelo al tiempo que se contraen los glúteos. Después, con las piernas flexionadas y juntas, se balancean de un lado a otro.


Ejercicio 5. En cuatro puntos, hay que alinear el ancho de las palmas de las manos con el ancho de rodillas. Posteriormente, hay que inhalar viendo hacia arriba y marcar la curvatura de la lordosis lumbar; exhalar mirando hacia abajo, invirtiendo la curvatura.


Ejercicio 6. En cuatro puntos, con las manos apoyadas en el piso y con los codos en extensión, con la cabeza en posición neutra, se extienden alternando pierna y brazo contrario al mismo tiempo. En caso de no poderse realizar en el piso apoyado en cuatro puntos, se puede hacer en bipedestación apoyado de una silla y seguir el mismo patrón.


Ejercicio 7. En el piso en posición decúbito supino, con una pierna flexionada, se coloca la pierna contraria sobre la otra, mientras que la pierna flexionada se levanta del piso para que forme un ángulo de 90o . Con el brazo del lado de la pierna sobrepuesta, se empuja la pierna hacia adelante lo más posible. Mantener la posición durante 15 segundos y cambiar de lado.


Ejercicio 8. En el piso boca arriba, con los brazos extendidos a los lados, flexionar ambas piernas y balancearlas hacia a un lado, en tanto que la cabeza y cuello se balancean hacia el lado contrario. Mantener la posición 15 segundos de cada lado.


Ejercicio 9. De rodillas, sentado sobre los talones y sin despegar glúteos de los talones, se estiran los brazos al frente con los codos en máxima extensión, intentando tocar con la frente el piso. Exhalar lentamente y mantener el máximo estiramiento durante 15 segundos.


Ejercicio 10. En el piso, se colocan los glúteos lo más cerca a la pared y extender las extremidades inferiores hacia arriba sin flexionar las rodillas, haciendo dorsiflexión máxima de tobillos para mantener los músculos isquiotibiales en máxima extensión. Mantener la posición 15 segundos y descansar otros cinco segundos.

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